Mi ciudad, Svishtov

Y de una manera un poco egocéntrica, del primer destino que me gustaría hablaros no es de la capital, Sofia, si no de mi propia ciudad.

Por nostalgia, por amor o por ser algo distinto, me gustaría presentaros cómo opción de viaje, Svishtov.

Svishtov es una ciudad pequeña pero con muchas cosas que ver. Está situada a las orillas del rio Danubio, que hace frontera natural con Rumania. Frontera que cada año varios valientes cruzan a nado para ganar diferentes premios.

Está a tan sólo 3 horas en coche desde Sofia y es una famosa ciudad universitaria, que cuenta con los mejores licenciados en economía.

Es la primera ciudad liberada de los turcos, y es una de las ciudades que más donantes ha tenido de la burguesía para construir escuelas, teatros, museos… siendo los primeros en Bulgaria.

Otra de las curiosidades de la ciudad es que aún se conserva una ciudad romana llamada Novae y reconstruida recientemente dónde se hacen representaciones de luchas y de cómo vivían los romanos en aquella época.

Es la ciudad natal de uno de los escritores búlgaros más importantes, Aleko Konstantiov, que creó un personaje llamado Bai Ganio, que representa al búlgaro típico en un mundo al que parece incapaz de adaptarse. La ciudad aún guarda su casa intacta, que está adaptada a visitas y dónde se guarda su corazón herido por una bala.

También es la ciudad dónde está una de las iglesias más importantes que construyó Kolio Ficheto, Sveta Troitsa, construida en 1867.

Otro de los puntos dónde me gusta estar y pasar las tardes viendo el atardecer se llama Kaleto, es uno de los puntos más altos de la ciudad, desde el cuál antiguamente vigilaban el río para que nadie les atacase. Desde allí se ve toda la ciudad, igual que Romania. Aún permanecen las fortalezas de años atrás y una especie de anfiteatro, que actualmente ha sido reconstruido con un reloj solar, y dónde se realizan conciertos en verano.

Pametnicite  es otra visita obligada, construido en honor a los rusos que liberaron la ciudad, representa un gran parque natural, con muchas estatuas y monumentos. Es un buen lugar para pasear y conocer parte de la historia.

A pocos kilómetros de la ciudad hay un pequeño monasterio acogido por grandes árboles verdes, llamado Pokorov Bogorodichen (Покров Богородичен). Destruido durante el poder otomano que años después fue reconstruido y aún conservando un encanto especial. Una de sus curiosidades es que guarda la imagen milagrosa llamada Bogoroditsa, que es capaz de hacer milagros y curar enfermedades. Lo ideal es visitarla y escuchar todas las leyendas que puede contar el obispo.

Quedan muchas cosas más, pero para resumir sólo os puede decir que vale la pena visitar el sitio y pasar una noche allí. El centro propio de la ciudad cuenta con un campanario y el primer teatro de Bulgaria, iglesias antiguas, universidades, y mil curiosidades más. Toda la historia combinada con la vibrante juventud de los estudiantes que provienen de toda Bulgaria para estudiar.

Así que no sólo por que sea mi ciudad, que también, os la recomiendo al 100%.